SwimEye™ se lanzó por primera vez en 2005, pero en 2015 Davo decidió cambiar de fabricante de cámaras, y esta vez optó por MOBOTIX. Lo cierto es que la colaboración entre ambas empresas ocurrió por casualidad. Un día, Eirik Nielsen, ingeniero de ventas y socio de Last Mile Communications (LMSC), empresa noruega especializada en sistemas de videovigilancia IP de alta calidad y un respetado socio de MOBOTIX, descubrió la existencia de SwimEye™. El sistema le llamó la atención inmediatamente, por lo que decidió contactar con el equipo responsable de su fabricación y, poco después, reunirse con ellos.

Un sistema de detección de ahogamientos exige cámaras fiables y en perfecto estado de funcionamiento. «Las cámaras están ahí para ayudar a los socorristas, y si no funcionan como deberían, más bien entorpecen su trabajo. Los socorristas deberían poder confiar en el sistema, y para eso necesitan un sistema estable pero discreto como SwimEye™», asegura Tor Petter Johansen, y prosigue: «El viejo cuento de Pedro y el lobo se aplica perfectamente a esta situación: si los socorristas no paran de recibir falsas alarmas, podrían acabar ignorando emergencias reales. Con MOBOTIX, hemos logrado reducir el número de falsas alarmas considerablemente y gozar de un alto nivel de estabilidad en el sistema».