Riesgos y desafíos
Cuando la pandemia de la COVID-19 golpeó al mundo, afectó especialmente al sector de la aviación. Los aeropuertos fueron vistos como lugares que se prestaban particularmente a la propagación de la enfermedad. El IGA tuvo que encontrar una manera eficiente y práctica de minimizar este riesgo, garantizar que los pasajeros pudieran pasar por el aeropuerto con seguridad y continuar con los viajes y el funcionamiento del aeropuerto en todo lo posible durante el confinamiento.
Con objeto de detectar a cualquier persona que entrara en el aeropuerto con fiebre alta, el personal de seguridad usaba dispositivos de mano para medir la temperatura de todo el que llegaba. Pero ese proceso era lento, ineficaz y, debido al gran número de personas de personas, los dispositivos se sobrecalentaban y no funcionaban bien.