Todos los procesos se controlan mediante un sistema de vídeo centralizado. En la planta se toman muy en serio la protección del medio ambiente. Por ello, evitan incinerar componentes nocivos y residuos peligrosos, como baterías o productos químicos. Los residuos reciclables, como el metal, el papel y el vidrio, se clasifican de antemano. También hay cámaras para controlar los accesos y evitar el incumplimiento de la normativa en el lugar de trabajo. Asimismo, la documentación de las operaciones mediante vídeo facilita los controles periódicos de las autoridades. Todas las operaciones del proceso de reciclaje se documentan exhaustivamente, lo que supone un considerable ahorro de recursos, tiempo y dinero.